Ayuda a tu hijo a desarrollar su inteligencia emocional.



El ser humano, desde su niñez, ha manifestado la maduración de su inteligencia emocional a través de conductas que varían de un niño a otro.  Normalmente en un principio este proceso se externa por medio de los llamados "berrinches", conocidos por todos nosotros como los estallidos de gritos, llanto, coraje, pataletas, etc y que en muchas ocasiones no sabemos como manejar.
Puede resultar realmente agotador y estrenaste intentar tranquilizar al infante, pero es muy importante señalar que en la forma en la que manejemos estas conductas será como se desarrolle la inteligencia emocional de cada pequeño.
Ningún berrinche es igual entre niño y niño, aun cuando estos sean familiares o se hayan desarrollado en el mismo entorno.  Cada uno de los niños goza de una personalidad única que depende de varias situaciones, su lugar de origen, su familia, herencia genética, por mencionar algunos.
Nuestra tarea como padres y educadores es la de comprender, apoyar y canalizar estas conductas de la mejor forma posible.
En el momento que el niño cumple 1 año, va tomando contacto con su mundo exterior, toda vez que el cerebro comienza su proceso de maduración y lo hace sensible a sus necesidades básicas como su propio espacio, lo que desea obtener, con qué persona quiere estar.  En el momento que no consigue lo que quiere, simplemente tiene una explosión, un sentimiento de frustración que no conocía y que termina siendo algo incapaz de manejar, algo simplemente doloroso y que lo afecta emotivamente.
Comencemos por lo más importante, nunca se debe como padre ignorar un berrinche.  Si nuestra salida es dejar que el niño llore y grite hasta el cansancio, lo único que le provocaremos es una frustración mayor.  Tampoco sirve responder agresivamente o denotar nuestra propia frustración con gritos, ya que simplemente aumentaremos la carga emocional tanto en el niño como en nosotros mismos.
Tenemos que ponernos en el lugar del pequeño.  Desde el primer año de edad y hasta aproximadamente los 4 años los niños solo sienten un cúmulo de emociones que no son capaces de controlar ni manejar de manera correcta.  No solo eso, ellos no tienen forma de explicarte con palabras que es lo que necesitan, quieren o les ocurre, por lo que la única forma de externar su emoción es por medio de la rabieta.
Lo más importante en el momento de que surja esta situación es no exaltarse, guardar toda la calma posible y transmitirla al niño esta emoción con palabras dulces y tranquilas.  Tenemos que lograr que el niño se calme logrando crear un momento adecuado en el que la emoción de frustración se relaje.
Recuerden que el niño es aún demasiado pequeño y tenemos que evitar que se haga algún daño durante el transcurso de la rabieta.  Es importante señalar que si esta explosión de emociones sucede en un lugar público, tendremos que intentar mover al niño a un lugar en donde puedan estar mas tranquilos.
Una de los más importantes aprendizajes de un ser humano es la de lidiar con la frustración.  El niño deberá aprender que no siempre va a obtener lo que quiere, pero es necesario llegar a un punto en el que el pequeño pueda entender esta situación en un ambiente sin agresividad y de la forma mas calmada posible,.
Uno de los ejercicios más efectivos es la de jugar con los niños haciendo caras y gestos imitando cada una de las emociones, alegría, tristeza, coraje, de forma que ellos aprendan a distinguir cada una de estas emociones y como comunicarlas.  De esta sencilla forma ayudamos en gran manera a desarrollar la inteligencia emocional del pequeño.

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