Mientras son niños, las emociones son lo mas importante en el cerebro de nuestros hijos.
El cerebro es el único órgano que tenemos en el cuerpo que no nace desarrollado. El cerebro de los niños se mueve normalmente por las emociones. Esta es la razón por la cual sentimos que no nos escuchan. El niño esta dominado por emociones, impulsos e instintos. Los niños no necesitan tener la casa ordenada, no necesitan llegar a tiempo, solamente requieres "estar bien". Las necesidades de los niños y las de los adultos son completamente diferentes.
Para un adulto, tenemos mas conectado el cerebro "emocional" con el "racional" y el "primitivo", lo que nos ayuda a tomar decisiones mas acertadas.
Para comenzar, el cerebro de un niño requiere de una gran cantidad de oxigeno. Es increíble pensar que un órgano con el 2% del peso corporal pueda consumir el 33% del oxígeno que está en nuestros pulmones. La única forma de hacer llegar este oxígeno al cerebro es mantener un corazón sano y fuerte, por lo que es necesario que los niños siempre tengan una adecuada actividad física.
También es necesario que los niños tengan contacto con la naturaleza, ya que esto enseña al pequeño a desarrollar su curiosidad y aprecie mas y de mas valor a lo natural.
Debemos tener mucho cuidado en etiquetar a nuestros hijos. Es muy sencillo decirle a un niño "Eres un desobediente!", y esto causará una marca en su cerebro que llevará esa impresión hasta que sea adulto, causando que el crea firmemente esa aseveración.
Tenemos que enseñarles a los niños que no siempre van a tener la razón o se van a salir con lo que quieren. La sobreprotección y el dejarles todo en la vida sencillo es un freno al desarrollo de su cerebro. Se tiene que enseñar a los niños a sobrellevar la frustración y a cómo manejarla.
Es fundamental que en los primeros años de vida de nuestros hijos apoyemos al amplio desarrollo de sus cerebros, ya que en ellos se van a anclar y sentar las bases de su aprendizaje. Hay que saber estimularlos correctamente para que se pueda crear un buen vínculo emocional con los padres, un vínculo que les aporte seguridad, no dependencia.
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